lunes, 7 de marzo de 2011

Panamá otra vez

Otra vez vuelta a Panamá, lo que implica volver a pasar el canal para llegar hasta el Atlántico, claro. Esta vez nos toca pasarlo de día y aprovecho para mostraros las imágenes que siguen a continuación. Pero antes de que las veáis, sólo daros unos datos.
El canal de Panamá es atravesado por dos puentes en sus treinta millas de recorrido, el puente del centenario, moderno, pues se inauguró en el año 2004, y el puente de las Américas, que desde la inauguración del canal de Panamá, unía las dos mitades a las que quedó convertido el país (y el continente) tras la construcción del mismo. El puente del centenario mide desde el nivel del agua hasta su parte más baja (medida llamado gálibo), ochenta metros de altura. El puente de las Américas tan sólo sesenta y cinco metros, que es el condicionante de altura que los barcos de grandes mástiles tienen para atravesar Panamá.
El Nirvana fue construido en base a estas medidas para poder dar la vuelta al mundo por los trópicos, y así el mástil de la mayor pasa justito justito por debajo del puente. De hecho, el mastilete del tope del palo y las luces de la perilla están abisagradas para reclinarlas y que no haya riesgo de posibles roturas. Lo que es obvio es que estas medidas se toman con la pleamar más alta, con lo que con esperar a la bajamar ya te garantiza que no tocará el tope de palo con el puente. No obstante da algo de canguelo estar ahí arriba y ver acercarse el puente. Y si no, ya me diréis:

Esta es la vista desde cubierta del puente del centenario, y la verdad es que a pesar de que quedan quince metros desde la perilla hasta el puente, parece que va a pegar

Y aquí tenemos los planos de Marten spars del tope palo mayor, donde apreciamos con una límnea roja los 205 pies de altura del puente de las Américas, y una figura humana para hacerse una idea de las proporciones

Una vista desde el tope del palo de cómo se va acercando
Y cada vez más cerquita


Bueno, esto os dará la medida de verdad de mis palabras

Travesía del Pacífico

La travesía del pacífico desde Tahití hasta Panamá, nuestro destino, fue, contra pronóstico, (pues no me apetecían nada cuatro mil millas de alisio de morros) una verdadera gozada. Por fin, el barco navegó a vela!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

El tiempo era tan bueno que permitía hacer malabarismos en el palo

Subimos un poco en latitud, hasta que el viento nos dió para no arriar velas. Un poco de proa desde las islas Marquesas, último contacto con Polinesia antes del continente, y luego una cómoda travesía de entre quince y veinticinco nudos de través durante tres mil millas. Ningún chubasco con viento, calorcete, algunas encalmadas finales, mucha lectura,alguna charla con quien puedas, películas, comer, dormir, guardia. Algo rizados, conservadores, y dieciocho días de vida circunscrita a la borda. Y por fin Panamá. Sensación de abandonar un período de vida.
Unas imágenes valen más que mis palabras.





Volvemos a casa

Y desde aquí ya toca ir hacia casa. Esta vuelta al mundo se planteó como un proyecto a dos años vista poco más o menos y estamos en el plazo de volver. Nosotros hubiéramos visto más, otras cosas, estado más tiempo...ya sé, pero este ni es nuestro barco, ni nuestro plan, ni siquiera nuestro tiempo, sólo nuestro trabajo. Y además estroy sumamente agradecido a pesar de todo, que siempre hay un pesar, o muchos, de la oportunidad que he disfrutado de poder conocer todo lo que he visto, saborear los fugaces instantes de plenitud y atrapar el tiempo en mi memoria.
El plan era, y digo era, porque se ha convertido en otro, en navegar unos cuantos miles de millas hacia el oeste y parar en las islas Maldivas y Seychelles, donde recibiríamos las últimas visitas del jefe antes de cruzar el canal de Suez y volver a aguas mediterráneas. El inconveniente, grande por cierto, y el que ha determinado el cambio de planes, es que nos correspondía navegar por aguas de piratas.

En este mapa se detallan los ataques piratas a 22 de enero de 2011. En rojo ataques que se desarrollan en esa fecha, en amarillo ataques realizados, en violeta barcos sospechosos (fuente: The One Earth Future (OEF) Foundation is a nonprofit, nongovernmental organization)
Los medios, por desgracia, no se cansan de publicar noticias y fotografías de ataques constantes

Impresionantes imágenes del secuestro de "Sirius star"

Aunque desde la comodidad de tu butaca suene a lejano por el desplazamiento geográfico en el que te encuentras, la realidad viene teñida de un serio problema que tiene en vilo a la comunidad internacional. Todos hemos leído y sabido de asaltos a todo tipo de barcos, sean petroleros, cargueros, barcos de pesca o yates privados, con un riesgo real para barco y tripulaciones. Tanto es así que las compañías de seguro (Pantaenius en nuestro caso) inhiben la póliza suscrita con sus compañías si los barcos navegan por aguas determinadas como peligrosas (Este año han incluido Venezuela). Por tanto, las aguas que pretendíamos navegar están excluídas del seguro, pero evidentemente no es esa la razón por la que desestimó el dueño el plan, si no que tanto barco como tripulación no podía correr este tipo de riesgos.
Entre los avisos que recibimos regularmente a través del inmarsat C figuran con relativa frecuencia ataques de piratas reportados. No es broma, cuando lo lees piensas...y si fuéramos nosotros?

Armadas de diferentes países (Portugal en la foto) dan protección a los barcos de la zona. Pero el mar es muy grande, y los piratas muy malos.

Os acordáis de "Le Ponant"?

Existía la alternativa de sumarse a los convoyes que la armada española organiza para ser escoltados en la travesía de esas aguas, pero era necesaria una velocidad de quince nudos para sumarse a la flota, velocidad que no desarrollamos.
En último instante las diversas compañías de seguridad privada que se embarcan en la nave para defenderla de ataque. Pero...quién quiere hombres armados a bordo? Y si están a bordo es que puede producirse un ataque. Quita, quita, con buen criterio decidió Isak no navegar esas aguas.
Pero la vuelta a casa se plantea como un dilema. Hacia el oeste deberíamos navegar por el cabo de Buenaesperanza, Sudáfrica, para hacer una navegación libre de riesgo de ataques piratas hasta llegar al Caribe donde nos encontraríamos de nuevo con el armador, pero serían nueve mil millas más que dar la vuelta por donde hemos venido. Así que se decidió ir hacia el este de nuevo. Alisio en contra, pero mucho más rápido y seguro. Y así se quedó el plan. Vuelta al perímetro terrestre truncada, algunos lugares que querríamos haber conocido que esta vez no visitarñé, pero la seguridad de ahorrarnos algunos problemas reales. Y la verdad es que no seremos los únicos, sabemos ya de más barcos que se suman al plan.

Así que vuelta atrás. Desde Tonga arrumbaremos a Tahití, Nuku Hiva y Panamá. Unas pocas menos de seis mil millas, otra vez el cruce del ecuador y el canal de nuevo.

Tehani, nuestra azafata polinesia nos despidió un año antes en Tahití colocándonos un bonito collar de flores. La tradición dice que al salir del lagoon debes tirar el collar en la salida del mismo, y si éste vuelve, tú también lo harás. Volvió en su día, lo que nunca hubiéramos creído es que nosotros también lo haríamos tan pronto.

El momento en el que tirábamos los colares al agua. Corría octubre del 2009.

Tapana island

Es cierto que a lo largo de estos dos años que llevamos deambulando un poco de aquí para allá he conocido personajes dignos de ser mentados, amados o evitados. Los que aquí os presento, queridos amigos, para quienes no los conozca, son un ejemplo de entrega a los ideales, dignidad y sueños realizados. Son los Tapana

Un aspecto de cómo es la isla en la que viven nuestros amigos y las instalaciones que construyeron para crear su propia vida

Tapana es una pequeña isla del grupo de las Vava’u, al norte de Tonga. Es una pequeña isla cercana a Neiafu, la capital del Vava’u, que se encontraba deshabitada hasta que llegaron María y Eduardo, los Tapana a partir de entonces.
Eduardo y María abandonaron sus vidas en España hace alrededor de veinticinco años, ya ni se acuerdan, con un velerito de trenta y seis pies, enorme para la época, poca o ninguna experiencia, y muchas ganas de emprender una nueva vida, alejándose de una existencia anodina y un país que no les colmaba. Ella de Valencia, él de San Sebastián, comenzaron su singladura con poco o ningún dinero, hacia el oeste, acompañados en todo su periplo por Pepe, hermano de Eduardo y su hijo Papu, de diez años, que conformaban la flotilla con el “Siete de marzo”, su veinticuatro pies.
Los avatares y experiencias que acumularon durante sus navegaciones serían suficientes para llenar muchas páginas de un libro colmado pasiones e ilusión. Se dedicaron entre sus múltiples ocupaciones al transporte de cerdos en su velero en el Caribe, de copra en el Pacífico, compraron una isla en Polinesia francesa, y qué sé yo cuántas cosas más habrán llenado una vida intensa vivida con gozosa humildad .
Hasta que llegaron a Tonga, que si hoy en día está lejísimos, imagino que hace venticinco años sería como llegar a la luna, y donde una cultura ajena a nuestro entendimiento les tendió la mano. Allí se instalaron, se hicieron con la pequeña isla de Tapana y montaron un pequeño restaurante donde los escasos turistas que llegaban pagaban contentos la paella (por cierto, exquisita) que cocinaban y el espectáculo de folklore español que ofrecían como complemento.
Y el restaurante se llamó “La paella”, y es como se sigue conociendo hoy en día, donde no cocinan y ofrecen una comida española ni tocan y bailan flamenco, si no que regalan fragmentos de amor a la vida regados con fotogramas de España. Se convirtió por el inefable boca a boca en un lugar de peregrinación para cuantos españoles errantes llegan a esas latitudes que son obsequiados por el cariño y buen ritmo vital de María y Eduardo, y para todo turista alegre que cae en sus aguas.

La mesa lista para el agasajo, del que dimos buena cuenta
Y la estrella de la noche, que después de unos entrantes pantagruélicos supo a gloria bendita

Aquí tenemos a la formación básica en el escenario; guitarra, percusión y acompañantes, todo un verdadero espectáculo que nada tiene que envidiar a nadie. Faltó el baile de María con su traje de luces, pero la disculpamos y el baile ese lo pusimos nosotros.

Bueno, algunos de nosotros actuaron de interpretes solistas sumándose al sarao. Fueron acogidos de muy buen grado

Mi tocayo Eduardo, hombre multiinstrumento. Toca y canta como dios

Pepe, hermano de Eduardo, vive actualmente en Nueva zelanda, mientras que Papu creció buceando entre los arrecifes y ha logrado esculpir una vida admirable por donde se mire. Fue acogido por una familia tongana que lo adoptó y crió. Hoy en día está doctorado en filología hispánica por la universidad de Auckland, donde ha sido profesor titular hasta que decidió volver a sus arrecifes y cuidar de que sus cinco hijos crezcan con los mismos valores que él conoció. Todavía no ha vuelto a España desde que salió siendo un crío. A sus tíos he tenido la suerte de volver a verlos en una reciente visita a España. Agradezco que haya podido disfrutar tanto de su compañía como de su manera de entender la vida, otra de las ventajas que tiene viajar.

Papu, quien a pesar de no haber vuelto nunca a su tierra, parece que no se fue, a juzgar por su aspecto. Todo un individuo.

El "Siete de marzo" fondeado en el puerto de Naiafu. Venticuatro pies. Con esto cruzaron medio mundo; sin motor, sin luces, con cartas calcadas, con una cocinilla de keroseno y con mucho arrojo, un padre y un hijo emprendieron una aventura anónima. Y luego miro el Nirvana, se me caen los anillos y me sonrojo de vergüenza.

Avistamiento de ballenas


El avistamiento de ballenas en el reino de Tonga es una vuelta de tuerca más a lo que estamos acostumbrados a ver por otras latitudes. Si bien todas las organizaciones mundiales de protección de las ballenas desaconsejan la proximidad a los cetáceos para proteger su intimidad y evitar asi que éstos entren el conflicto con los humanos, en Tonga, no sólo la ley permite a los operadores autorizados acercarse más, si no que lo que venden es el nadar con los mismos y estos acompañan en el agua hasta las mismas barbas de las ballenas. Ahora bien, al menos nadar con ellas sin hacerlo con un centro autorizado es ilegal. Una buena parte de su escaso turismo llega al archipiélago atraído por las visitas anuales de las yubartas a sus aguas cálidas para dar al luz a sus crías, y en donde permanecerán hasta su vuelta a latitudes más frías. A pesar de que realmente se esfuerzan en crear un clima de avistamiento que no las estrese, el objetivo final es que cuanto más cerca se bañe el cliente con ellas, más satisfecho se va, y en ocasiones se las persigue realmente con alevosía con tal de lograr un contacto cercano.
Queda saber cuánto tiempo podremos seguir manteniendo como raza este contacto sin que perjudiquemos su bienestar.



Aquí en el agua preparados para ver de cerca a los animalitos
Y ya nos vamos acercando, no lejos de la primera ballena jorobada

Esto ya es cerquita, verdad?



Bueno, quita la respiración, os lo aseguro, el estar tan cerquita de estos animales tan pacíficos, e incordiar su tranquilidad da una sensación de intrusismo que irrita. Pero te sientes dichoso por poder disfrutar de estos momentos singulares. Qué sensaciones más contradictorias!
Vosotros, ¿qué haríais?

sábado, 5 de marzo de 2011

Reino de Tonga

No es sólo otro archipiélago del Pacífico, es casi otra experiencia en la vida.
No es tan sólo el único país que con orgullo pueden decir que nunca fue colonizado, si no que además se le atribuyen los restos más antiguos de la cultura polinesia. Y entre sus particularidades, especialmente está su gente, que acuna una cultura rica en protocolos sociales y un carácter especial.

Realmente en el "culo" del mundo

Desde el avión, una miríada de pequeñas islas salpican estas aguas como si fueran gotas de lluvia. Noventa y seis islas habitadas de las ciento sesenta y nueve del archipiélago, acojen a una población de cien mil habitantes (2009).

Que no te miren a los ojos cuando hablas con ellos no es timidez si no más bien una muestra de respeto, que los cerdos caminen libremente por las calles es un síntoma de salud social, que aún vistan con ropas tradicionales es un signo de orgullo y distinción.
La sociedad tongana está basada en un sistema de jerarquía social, en la que los propios tonganos van a evitar hablar entre ellos hasta que descubran cual de los dos tiene un rango superior, y éste determina el tono para toda interacción. Es la única sociedad del Pacífico en la que una monarquía todavía goza del poder político, cuyos miembros únicamente pueden casarse con otros de su escala o con nobles, bajo riesgo de perder sus títulos de realeza. Pero este feudalismo arrogante, en la práctica es más bien otro signo que les diferencia del resto de sus vecinos pacíficos y no un abismo social.

El culto a sus muertos nos sorprende por lo desenfadado y público. Numerosos cementerios engalanados donde los muertos están muy presentes.
Más playas de fina arena y paz infinita adornan las costas de sus islas

El dinero no fue de su interés hasta tiempos muy recientes, por lo que su riqueza se basaba en comida u otras posesiones perecederas.
Para ellos el tiempo es un ejercicio de futilidad, han dispuesto de él de modo opuesto a nosotros y sólo la influencia de los palangui, o sea, nosotros, le ha dado sentido al cómputo horario.
Pero no pretendo hacer un estudio de antropología, porque en el fondo, a gente como nosotros, que pasamos por su vida levitando y no penetramos en ellos más que a un nivel superficial, todas las diferencias se ajustan a una buena convivencia de visitante y el resultado es una amigabilidad encomiable.
Es un país con pocos recursos económicos, donde un tímido turismo despunta una inocente economía. Como otros países de oceanía, Nueva zelanda y Australia son los hermanos mayores que se prestan a cubrir sus necesidades básicas que no pueden autosatisfacer, como cultura (neo), tecnología o incluso diferentes ayudas sociales.

El protegido puerto de Neiafu desde el tope del palo (el lugar más alto de la isla) nos da la imagen de aguas serenas en las que más barcos que en ningún lado de los visitados fondean plácidamente. Una base de chárter de Moorings y otra de Sunsail suman barcos en este rincón y aportan turistas a sus aguas.

Nuestro periplo se centró en una navegación y estancia larga en el grupo del islas del norte, Vava’u group, más adecuadas para el turismo náutico. La larga estancia se debió a una prolongada ausencia de nuestro jefe y nos permitió con satisfacción una mayor permeabilidad con el entorno humano y físico.
Un puerto muy protegido y una base de chárter náutico en Neiafu hace que en el lugar se concentren más turistas náuticos y barcos que en todas las islas del Pacífico que hasta la fecha hemos visitado, pero afortunadamente sin que nunca pueda tomar el cariz que conocemos por nuestras latitudes (dígase Formentera en agosto, aggg!).
Pequeños resorts particulares son ideas de vacaciones asequibles, eso sí, si ignoramos que casa está en el otro lado del mundo y el precio del viaje es alto.

Una abundante y espectacular fauna marina inunda los bellos arrecifes que nos ofrecen sus espectáculos a cada inmersión, que afortunadamente, esta vez podemos repetir con relativa frecuencia.

Y cómo no, el mercado de abastos es el lugar más afortunado para conocer cuál es el ritmo de vida local, que nos confirma la poca variedad alimentaria que disponen.

jueves, 14 de octubre de 2010

Para suerte la mía

No recuerdo el nombre, ni dónde estaba. Sólo que estábamos en Vanuatu, había un pequeño aeródromo en el otro extremo de la pequeña isla, a unos treinta kilómetros, un solo coche, e imaginad la calidad de la ruta que unía la pequeña población en la que estábamos con dicho aeródromo. El jefe se iba con toda su familia desde allí, una avioneta les debía recoger para llevarles a la capital mientras nosotros debíamos seguir ruta hacia Tonga, nuestro siguiente destino, mil doscientas millas más al este (horror, mil doscientas millas de proa).

La simpleza de las casas y la limpieza del lugar ofrece una sensación de armonía que invita a permanecer en un mundo que necesita protegerse

Un error de sincronización del chófer, que debía recoger al grupo en la destartalada pick up,
les hizo esperar varias horas bajo la sombra de unos cocoteros y la brisa del alisio mientras parecía que se molestaban por malgastar su tiempo fuera de las comodidades del barco.
Un precioso tiempo que yo tuve la suerte de disfrutar lo indecible con la comunidad de gente que nos atendía mientras esperábamos al coche.

Casas humildes hechas de hoja de palma, espacio para una privacidad compartida, y una vegetación protectora y generosa en cualquier lado de la aldea
Veredas cuidadas con esmero adornan los caminos que unen sus casas. Limpieza y gusto por las cosas simples

Un pequeño poblado de cuatrocientas almas, pocas más en el resto de la isla, tres iglesias, dos colegios, un dispensario médico y un orden y alegría en la vida que me llegó a lo más íntimo. Sin trabajo, apenas sin medios para conseguir lo elemental, alejados por mar del lugar civilizado más cercano a una hora en bote rápido, pero sin rencor por no tener aunque suspiren por ello.
La muestra más evidente del deterioro de su paz eran los teléfonos móviles. Las navidades pasadas les habían instalado un antena en una isla cercana que les alcanzaba la señal para estar comunicados. Y se les creó una necesidad que vista desde fuera se nos antoja inútil e innecesaria, pero para la cual tienen los "derechos" que les otorga ser ciudadanos de este loco mundo.

Me sentí mal preguntándoles si podíamos dejarles nuestra basura de las dos últimas semanas, a lo que respondieron alegremente que sí. Les pagamos al cambio unos cien euros como muestra de gratitud, aunque no les hubiera hecho falta cobrar por un trabajo que no veían como tal, ya que era mayor su alegría por compartir tiempo con unos inusuales visitantes. Una vez quemada la basura, enterraron los restos bajo la arena de la playa. Reían intensamente como niños alegres cuando de vez en cuando reventaba un bote vacío de cualquier spray

El tiempo que estuve con ellos fue un regalo, ya que pocas son las ocasiones que tenemos para contactar con gentes locales de lugares apartados y empaparte de su estilo de vida y energía para afrontarla, ya que mi trabajo está en el barco y no fuera de él. Y luego hablamos que lo nuestro es civilización.

Los niños se lo pasaban mejor que nosotros con semejante novedad en sus rutinas. Niños, muchos niños. Muy guapos y alegres
Los mayores tenían la ayuda de los niños en las labores del hogar. Esta abuela pelaba este rico fruto de nombre impronunciable al que extraía su semilla comestible mientras nietos y amigos de nietos se deleitaban zampando de tanto en tanto lo que les caía en la mano
Tampoco me acuerdo de su nombre, pero era el jefe del poblado. Una jerarquía basada en la edad y el conocimiento regula la convivencia de la comunidad con sus leyes no escritas. Tuve la suerte de poder ayudarle y le arreglé un pequeño generador que le malfuncionaba en su casa. Su alegría fue mayúscula, pues era la única electricidad que podía tener. Para cargar sus móviles, y ver una peli en la tele. Me sonaba totalmente a un mundo fuera de su contexto.
Mujeres y niños menores tenían otra diversión, pero siempre atentas al ritmo de la vida
Si os fijáis bien, a esta canoa la había bautizado con el bonito nombre de "Smile", muy apropiado para su carácter. Con esto salen a pescar y también se divierten

Ay qué sería la vida no nos regalara de vez en cuando estos ratos!

martes, 12 de octubre de 2010

Nuevas Hébridas

Vanuatu actualmente, y tan sólo desde hace treinta años república independiente, recibió el nombre colonial de Nuevas Hébridas previo al condominio británico-francés que desde principios del siglo diecinueve gobernó el llamado hoy en día archipiélago de la “Y” debido a su semejanza con tal letra.


El trayecto desde Nueva Caledonia hasta este bello archipiélago nos supuso un escaso día de navegación desde Noumea, capital del país Kanak, hasta Port Vila, capital de Vanuatu. Las razones por las que navegamos de capital a capital, y para quien no lo sepa, es porque no todos los puertos de cualquier país son entrada o salida del mismo. Aunque se trate de un país del tercer mundo, como muestran los resultados económicos, la burocracia de inmigración es tan densa como en cualquier otro lugar del planeta más desarrollado, y a bordo del barco se suben los departamentos de aduanas, bioseguridad, e inmigración para hacer los pertinentes papeleos.
Fue el navegante portugués Pedro Fernandez de Quirós quien en nombre de la corona española llegó en primer lugar a este archipiélago y quizás desde aquella época permanezcan los nombres de algunas de sus islas, como Pentecostés, Santa María o Espíritu Santo.

Pues sí, es aquí en este país donde todavía hoy en día se celebra el ritual N'gol, una ceremonia que pretende, tras los salvajes saltos atados de los pies desde estas altas y precarias plataformas, fertilizar la tierra con la plegaria a sus dioses para que las cosechas anuales del ñame sean buenas, ya que es la base de su alimentación.

Aquí tenéis más información, pues es para flipar

No obstante el francés Bouganville y más tarde James Cook, darían paso para que se asentaran sus congéneres y colonizaran aquella lejana tierra.
Hoy en día, con una economía de subsistencia, en la que agricultura y pesca son la base del comercio del país, no puede si no ver lo rápido que va el tren del desarrollo por delante de sus narices sin que apenas puedan libar sus néctares. Los cincuenta mil turistas anuales o los pingües beneficios de las compañías de telecomunicaciones no representan grandes beneficios para el país que recibe de las divisas de sus emigrados una gran parte del dinero que circula en él.

Una imagen de Port Vila, puerto de entrada al país, donde un discreto turismo ya casi no suscita el interés de los locales, pero al que tratan con alegría y respeto. Deberíamos aprender del tercer mundo.
El mercado de la ciudad, abierto venticuatro horas siete días a la semana, en donde aunque no hay gran variedad de productos sorprende la calidad de los mismos
Tomates, cómo no, ñame, cocos, plátanos, madera de sándalo y tubérculos y frutas a los que no puedo poner nombre, inundan estos puestos de gente humilde que duerme en el suelo mientras se encuentran en la ciudad para vender sus productos. Siempre incomoda el no tener que gastar dinero más que en un solo puesto, pues ganas tienen todos

Un país con grandes contrastes, donde se dice que aún puede ser que se practique el canibalismo y en donde se hablan hasta ciento treinta lenguas locales diferentes, y en donde el francés, inglés y bislama son los idiomas oficiales. Volcanes activos y donde han pasado en menos de cien años de la edad de piedra a la era espacial
En Puerto Vila, una pequeña capital, se concentra la mayor parte de la población, de la que destaca un importante número de blancos de ambas comunidades, francesa e inglesa.
Algo que habréis visto todos los que viajáis a cualquier parte del planeta es que no importa lo perdido que se encuentre el lugar en el que estéis, que siempre habrá cajeros automáticos y cobertura de móvil. Sí, en casi cada isla de este gran archipiélago (y de todos los que llevamos navegados) hay antenas que garantizan la cobertura de la telefonía móvil (por cierto muchíiiisimo más barata que todas las compañías timofónicas españolas) y choca enormemente constatar que a pesar de que los nativos no tienen trabajo o recursos para subsistir, mantienen una esperanza en él envidiable, una sonrisa en el rostro y un teléfono en la mano. Uno se pregunta que qué les hemos hecho, alimentando su ansia del becerro de oro. Pobrecitos, si supieran lo bien que están!
Contrasta igualmente un discreto pero elevado número de resorts en islas y lugares alejados y magníficos dirigido por inversiones extranjeras y enfocado a un turismo australiano, japonés, kiwi o americano que puebla de almas blancas lugares remotos. Bueno, lo cierto es que en todo el Pacífico se ve lo mismo, resorts tan descontextualizados que ya ni nos sorprenden.

De nuevo nos vemos rodeados de un paisaje que nos resulta ya casi monótono, islas frondosas, aguas quietas, fondeos tranquilos, lugares hermosos. Pero no por monótono me resulta menos hermoso. Soy consciente de su belleza y me inundo con ella. A pesar de que mis malos momentos han sido muy malos.
Agua quieta que lame las orillas. Es siempre un buen lugar donde apaciguar el fuego interno

Y aunque no quiera, la belleza y paz del lugar te visita dejándote una impronta dificil de evitar

Nuestra navegación por el archipiélago vuelve a ser exprés. A pesar de sus ochenta islas, frondosas y con una biodiversidad increíble, visitamos pocos lugares y permanecemos poco tiempo en el país. Apenas dos semanas que pasa la familia de nuestro amado benefactor y jefe a bordo es el tiempo que tenemos para conocer tímidamente este país. Bueno, se podría decir que estando el paludismo presente en el país, y siendo muchas las especies animales terrestres y acuáticas que suponen un serio peligro para el hombre, quizás sean los factores que le pesaron al jefe para permanecer poquito tiempo aquí.

Pescadores locales en família se acercan constantemente al este gran barco para ofrecer sus capturas. No sé lo que se les pasará por la cabeza al ver tamaña diferencia entre sus embarcación y la nuestra. Nos ganamos ambos la vida con ella. Qué contraste!

El Kava de este país, como recuerdo antropológico-social, ha de consumirse con moderación, pues es más fuerte que en ningún otro lugar en el pacífico, ya que se elabora a partir de la raiz verde de otra variedad de la planta de la pimienta, y contiene más propiedades narcóticas.
Los contactos breves pero intensos con los locales me dejan un inquietante deseo de querer conocer más y permanecer más tiempo con ellos. Pero me debo a un trabajo, un programa y un ritmo que yo no decido. Quizás cualquier excusa en el futuro me sirva para poder repetir y bucear en estas almas pías las respuestas que no me da mi tierra.


Y como protagonismo lo deseamos en el fondo todos, Marc, nuestro cocinero, lo tuvo durante una noche entera, pues se perdió la tarde anterior dando un paseo en una isla desierta y nos llegó de esta guisa a la mañana siguiente tras ser rescatado muy lejos del barco y habiendo hecho perder el sueño de media noche a la tripulación mientras le buscábamos dificultosamente sin resultado. Menos mal que nos da bien de comer, que si no se iba a quedar allí. Imaginad, una noche sin cocinero en un barco cinco estrellas!

Con frecuencia nos llegaban niños en estos rústicos praos para ver el barco de cerca, y a quienes atendíamos siempre con una ilusión casi mayor que la de ellos al verse obsequiados con caramelos o refrescos. Qué diferencia con los nuestros, sus risas suenan diferentes.

En una pequeña isla una serie de nativos nos ofreció (bueno sólo a los jefes) unos bailes y cánticos tradicionales a cambio de un dinerito, que les pareció un abuso por lo que fue. Trescientos euros al cambio por bailar con estas pintas. Bueno, también el necesario permiso de permanecer en sus aguas. Ellos no tienen la culpa, les hemos enseñado a mercantilizar lo que poseemos, sean propiedades o no.
De todos modos, quién se ataviaría de este modo y por cuánto? Si es que nos quejamos por vicio.