En un anterior post hablé de la edad de las islas y de cómo la evolución geológica ha dado forma a sus accesos. La gran mayoría de las islas están rodeadas de un anillo de coral que protege la isla ( si la hay; no en Touamutu) y da resguardo a las aguas interiores del embite del océano. A pesar de que las mareas son realmente pequeñas, pues no son mayores de un metro, la masa de agua almacenada en el interior del anillo puede llegar a ocupar un enorme volumen que en la bajamar ha de salir por donde ha entrado. Si tenemos en cuenta que los días de fuerte oleaje que sobrepasa el arrecife en la parte de barlovento de la isla, alimenta, debido a las olas, el volumen de agua interior, el resultado de la vaciante puede ser aún mayor.
La formación Geológica de las islas, y se repite con exactitud en casi todos los archipiélagos excepto Marquesas, ha creado tan sólo una o dos entradas a las islas que salvan el anillo de coral con lo que cuando hablamos de vaciante, ésta ha de hacerlo por las escasas salidas que tenga la isla. Son en ocasiones puertas de no más de cien metros, donde el efecto ventury llega a crear flujos de corriente de más de diez nudos en las bajamares más abundantes y en las islas con más volumen de agua interior.
Las Touamutu, al ser islas exclusivamente formadas por un anillo de coral, sin tierra interior, acumulan una ingente cantidad de agua que alivia toda el agua saliente estrellándose en ocasiones contra el oleaje entrante formando un verdadero mar confuso con frecuencia impracticable para la navegación.
Ya que sabemos que son las mareas las causantes de las entrantes y vaciantes, las corrientes que se forman en los pasos se ajustan a un horario dependiente de la actividad lunar. Y este horario, lógicamente se repite en todas las islas, cambiando tan sólo la intensidad de la corriente. Tres horas antes de la salida de la luna comienza la vaciante, llegando a su apogeo exactamente a la salida de ésta. Cuando la luna se encuentra en su meridiano superior (su zénit) se registra la máxima corriente entrante. Y con unos cuantos más datos como estos, ajustamos entradas y salidas para no coincidir con fuertes corrientes que no nos dejen entrar o salir en las islas.
Después de unas cuantas islas, el dominio de los horarios resulta obvio, y no representará más que un paso más en los cálculos de navegación entre islas.
Por otro lado, la riqueza de las aguas en los pasos da lugar a un encuentro extraordinario de fauna que se recrea con las corrientes. Desde delfines, tiburones, mantas, ballenas (increíblemente entran en los atolones aún cuando su profundidad no excede de más de treinta metros) hasta todo tipo de animales de menor porte que se concentran en ocasiones por miles.
Obviamente el espectador humano disfruta de este regalo de la naturaleza en buceos de deriva (se deja arrastra por una corriente moderada) en los que basta con una simple máscara, aletas y tubo para deleitar uno de los mejores buceos que podemos hacer. Y esto sucede con matemática precisión en todas las islas protegidas por un arrecife
Hola Eduardo; et seguim des de Sóller, estic molt content amb el que li va passar a n´en Silvian i el seu ca.... Això és molt fort..
ResponderEliminarSalut i fEina. Fins un altre.
Manuel i Maite ho he fet a traves el meu fill Pere.