martes, 17 de marzo de 2009

El canal de Panamá

Era uno de los múltiples alicientes de este embarque y suerte que sucede tan pronto. El canal de Panamá es una vía de tránsito hacia/del Pacífico que con casi un siglo de antigüedad sigue empleando los mismos medios que con los que comenzó allá por 1914. Los ingenieros de la época diseñaron un ingenioso trazado; represaron el agua de los ríos interiores en un inmenso lago al que se accede tras superar 26 metros de desnivel mediante tres esclusas y del que se sale al Pacífico tras el recorrido del lago, un canal y nuevas esclusas que concluyen el recorrido de las 35 millas que separan los océanos. El recorrido discurre según una dirección NW-SE, se encuentra balizado en absolutamente todo su recorrido y es una de las principales vías de entrada de divisas en el país.

Algunos parece que pasan por los pelos

El tránsito del Nirvana por el canal hubiera costado 8.000 dólares si lo hubiéramos hecho de noche, pero gracias a que el armador estimó que pasarlo de día es algo que posiblemente se hace una sola vez en la vida, pagamos un sobreprecio de 20.000 dólares más para hacerlo con luz del día. En total 28.000 dólares para diez horas de canal. El motivo del precio con luz diurna nos explicaron que se refiere a que el tráfico diario corresponde a barcos de gran tonelaje, los llamados PANAMAX (por lo de máximo tamaño permisible) y similares, que precisan de maniobras más complicadas y que ocupar una plaza de barco grande cuesta más de lo que hubiera sido lo normal. No hay nada como tener el armador a bordo en estos casos.


Un breve resumen visual da bastante información

El estado emocional de tripulación, armador e invitados fue durante todo el día de excitación continua. Las cámaras no dejaron de tomar imágenes por doquier, el interés creciente hasta el final.
El tránsito del Canal comienza con la visita de las autoridades del canal en la zona de fondeo de la entrada norte. Un oficial de arqueo se asegura de que el barco dispone de todas las instalaciones precisas para un paso sin problemas; revisa desde la documentación hasta la longitud de cabos y amarras, situación y número de las bitas, medidas del barco y estado general. La autoridad sanitaria también nos visita y hace su trabajo en este caso con relajo. Después, una vez autorizado el tránsito, llega el práctico, que no se desembarcará hasta que salgamos al Pacífico (en total tuvimos tres turnos de prácticos) . Se izan banderas con número de tránsito y práctico a bordo.

Se aprecian las turbulencias del agua del lago al mezclarse con las del océano al llenarse la primera esclusa. . Las corrientes en la salida de la misma al abrirse las puertas llegan hasta un nudo de velocidad

Y una vez que levamos anclas, llega una lancha con diez amarradotes que se embarcan con nosotros lo que dura el paso de la esclusas. Diez hombres y mujeres con zapatones, casco, almuerzo y actitud caribeña, es decir, con risa y sin prisas son los encargados de lanzar y largar las amarras del barco. Una vez que el barco llega a la esclusa, se pasan las amarras a proa y popa de ambas bandas, a unos cables de arrastre que nos unen con unas locomotoras que serán nuestra propulsión en las esclusas. Por nuestro tamaño, el paso de las esclusas lo hacemos en el centro de la misma. Podía haber sido abarloados a una banda u otra del canal, pero por prevención de daños, fuimos remolcados estando centrados en la esclusa.
La esclusa tarda en llenarse tan sólo quince minutos. El portón es el original y se abre y cierra con relativa rapidez con unos grandes pistones hidráulicos. Tras tres esclusas que nos ascienden 26 metros entramos en el lago Gatún, que cubriendo una superficie de 425 kilómetros cuadrados fue durante muchos años el lago represado más grande del mundo. Se desembarcan los amarradotes y seguimos el trayecto a través del canal balizado.

El agua turbia del lago Gatún proporciona extrañas sensaciones. Se aprecia el balizamiento B

Algún barco fondeado fuera del canal espera autorización para entrar en la esclusa. Está absolutamente prohibido salirse de la zona de balizamiento sin autorización.
Las aguas del lago son aguas marrones, la rivera presenta una vegetación frondosa y dicen que es fácil ver caimanes en la zona. Es fácil imaginarse que fuera de la zona de tráfico estamos en otro mundo para el que ahora no estamos preparados.
Durante la travesía nos cruzamos con los barcos que la recorren en sentido contrario. Gigantescos portacontenedores, cruceros, graneleros, circulan a nuestro babor para alcanzar las esclusas de Gatún. Hace mucho calor, pero los siete invitados más el jefe y toda la tripulación, en total diecisiete personas, no nos perdemos apenas detalles del recorrido y nos mezclamos en cubierta comentando uno y otro detalle.
Decir que nos mezclamos con los invitados es raro en un barco de este tipo. Nuestro comportamiento suele ser de no interferir en el confort de los huéspedes, y esto implica la no presencia salvo lo imprescindible para navegar y a quien le toque según guardias. Esto quiere decir que nadie sale a fumar un cigarrete a la cubierta visible cuando hay invitados, tenemos otros sitios. Pero el día del canal había una camaradería más allá de las normas que se vivió de modo casi entrañable. Además fue el cumpleaños de Javi, el capi, y todos coreamos el cumpleañosfeliz…
A la tarde ya entrada, llegamos a las esclusas de Pedro Miguel y Miraflores, donde se volvieron a embarcar diez nuevos amarradotes que estuvieron otro par de horas con nosotros. Nuestro idioma nos permitió relacionarnos con ellos entre risas y refrescos.
Más de nueve mil personas trabajan en el Canal en turnos de ocho horas venticuatro horas al día. La operatividad panameña, después de tomar en el año 1999 el control total del canal, es extraordinaria. Un despliegue inmenso de capital es necesario para que funcione esta vía marítima que se ha quedado pequeña para las necesidades actuales del mercado mundial. Por esta razón ya han comenzado las obras del segundo canal de Panamá que en pocos años permitirá el tránsito de mayores barcos que los ingenieros del canal original ni tan sólo podrían haber imaginado, mientras éste sigue operando.
En el website http://www.pancanal.com/ hay una amplia información del canal así como varias cámaras web a tiempo real que quienes pudimos avisar a amigos y familiares tuvimos el gusto de ser observados.
Y tras las esclusas, otro de los puntos clave del Canal era el paso por debajo del puente de las Américas en su salida hacia el Pacífico por la ajustada construcción del barco en la altura del palo.


Stop motion de la salida al Pacífico después de las últimas esclusas

Esperamos fondeados antes del puente a que la marea bajara hasta su punto más bajo para atravesarlo con más garantía. Me tocó subir de noche al tope del palo con un frontal en la cabeza para desmontar todas las antenas, luces, trasductores y todo lo que quedara quince centímetros más alto que la perilla. Y después de eso, pasar el puente conmigo en el tope, a poca máquina por eso de …por si acaso. Y llegado el momento, el puente se acercaba en la oscuridad (eran las diez de la noche) mientras mi mosqueo aumentaba hasta el punto de agachar la cabeza por debajo de la perilla para evitar un coscorrón. La verdad es que me pasaron por la cabeza muchas dudas sobre si los planos del barco eran fiables, si mejor hubiera subido otro…pero una vez que nos acercamos lo suficiente como para verlo bien, al menos cuatro o cinco metros nos separaban de la parte más baja del puente. Un operario de mantenimiento del puente que extrañamente se encontraba soldando algo colgado en la parte exterior del mismo se sorprendió al verme tan cerca y estalló de júbilo al ver otro colgado cerca. Gritos y saludos. Abajo en la cubierta era una fiesta, y al bajar del palo, me vitorearon como si hubiera hecho algo importante. Por dios, pero si cualquier pequeña escalada comporta más riesgo que esto!

Tal y como quedó el tope de palo desmontado

En fin, un rato de vergüenza, y minutos de héroe para los invitados. Me río de Janeiro.
Y tras el puente, la ciudad de Panamá, donde fondeamos para pasar la noche y retomar el viaje al siguiente post.

3 comentarios:

  1. Jajajaja , lo que hubiera dado por ver tu cara cuando bajaste y te aplaudieron, con lo reservado que eres!!!
    Que historia más interesante Edu , muy bien narrada.
    Creo que estas vivendo una buena experiencia, espero que la convivencia abordo sea buena.
    y ahora el Pacífico... uff que bueno.
    Suerte amigo

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  2. Opino igual que Jesús, me habría gustado ver tus dos caras: la de acercarse por debajo del puente y la de bajar a cubierta para ser vitoreado...
    En cuanto a tu narración, muy buena y bien explicada, y los vídeos me han parecido un puntazo. Estoy por proponerte para el próximo Nobel de Literatura y Multimedia...
    Sigue contando cosas, que disfrutamos leyéndolas.

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  3. Mooola! Sobre todo el stop-motion. Oye, que a ver si le puedes mandar una invitación para leer el blog a Carol: ccastilla@telefonica.net
    Zanks! Acabo de capturar las cuatro entradas del blog en pdf y se lo voy a llevar a tus señores padres, pa que lo lean con calma.

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