miércoles, 26 de mayo de 2010

Contratiempos

Aún habiendo evitado que se produjera, creo que más o menos todos hemos sufrido alguna enrocada inoportuna que nos ha hecho dar vueltas a nuestra inventiva para salir de la situación. Particularmente yo nunca había tenido más problemas que el invertir algo más de tiempo en salir del fondeo, tirando de un ángulo o de otro hasta lograr zafar el ancla, o buceando para manualmente acomodar el ancla y levarla sin mayores problemas.
Pero esta vez... cielos, cómo se trabó! En una fondo inmaculado de arena, una sola piedra, bueno, un gran monolito aislado, varios borneos, algo de viento, y... problema al canto.
Después de mucho trabajo a 25 metros de profundidad sin lograr nada, absolutamente nada, la solución fue la más dramática.

Lo cierto es que ni a venticinco metros de profundidad ni apenas en la superficie la visibilidad era buena. Seguir la cadena hasta encontrar el escollo fue lo que hicimos

A pesar de la fuerte corriente en superficie, en el fondo se estaba cómodo como para valorar la situaciónPero la situación no era alentadora. Parecía más bien como si el gran bloque aislado hubiera engullido la cadena entera

En total unos diez metros de cadena había quedado sepultados bajo el gran bloque que parecóa más haberse roto por las tracciones del barco sobre la cadena, que un lío de borneos descontrolados Lo cierto es que a pesar de que invertimos varias horas bajo el agua intentando hacer algo, no hubo manera de manejar los quinientos kilos del ancla y los noventa o cien metros aproximados que largamos de cadena.
Y la solución más salvaje fue la única que nos permitió recuperar ancla y cadena, perdiendo tan sólo los diez metros engullidosY a pesar de que podría haber resultado un trabajo desalentador cortar el cadenón bajo el agua, fue sorprendentemente fácil y rápidoY por supuesto teniendo cuidado del latigazo final del eslabón al descargar la fuerza de tracción.
Y a pesar de que levar la cadena no fue fácil y nos requirió tiempo y esfuerzo, una ligada de varias vueltas de dyneema de 11 mm nos solventó el problema. Pero siempre con la duda de si resistiría tanto peso
Afortunadamente se comportó como otro eslabón más

1 comentario:

  1. Joder, que envidia estar ahí enrocado, luego una buen papeo, siesta y seguir disfrutando de la anécdota


    Saludos
    Pedrito

    ResponderEliminar