lunes, 30 de agosto de 2010

Policromías


Y aunque no es lo mismo, se parece:

El primer rayo de sol hizo su ingreso triunfal en aquél blanco océano de silencio. Lo que siguió pertenece más a la policromía de los sentimientos que a la de las cosas. Sin embargo, es cierto que las tintas cálidas del astro comenzaron a resbalar entre picos, paredes, crestas y canales creando un movimiento caleidoscópico de luces y contrastes. El cielo, intensamente azul, abrazaba con su inmensidad lejanías que cansaban la mirada. Las montañas se fundían y volvían a separarse sin razón aparente. Las hermosas crestas jugueteaban con sus propias sombras y rivalizaban en luminosidad con los neveros; los glaciares, abajo, parecían grandes lagos de luz encajados entre las cimas y convulsionados por sorprendentes laberintos de grietas. Era todo un alborozo de esplendores inviolados que la naturaleza me ofrecía con abandono y que nutría mi espíritu.

Walter Bonatti. Montañas de una vida



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