El plan era, y digo era, porque se ha convertido en otro, en navegar unos cuantos miles de millas hacia el oeste y parar en las islas Maldivas y Seychelles, donde recibiríamos las últimas visitas del jefe antes de cruzar el canal de Suez y volver a aguas mediterráneas. El inconveniente, grande por cierto, y el que ha determinado el cambio de planes, es que nos correspondía navegar por aguas de piratas.



Aunque desde la comodidad de tu butaca suene a lejano por el desplazamiento geográfico en el que te encuentras, la realidad viene teñida de un serio problema que tiene en vilo a la comunidad internacional. Todos hemos leído y sabido de asaltos a todo tipo de barcos, sean petroleros, cargueros, barcos de pesca o yates privados, con un riesgo real para barco y tripulaciones. Tanto es así que las compañías de seguro (Pantaenius en nuestro caso) inhiben la póliza suscrita con sus compañías si los barcos navegan por aguas determinadas como peligrosas (Este año han incluido Venezuela). Por tanto, las aguas que pretendíamos navegar están excluídas del seguro, pero evidentemente no es esa la razón por la que desestimó el dueño el plan, si no que tanto barco como tripulación no podía correr este tipo de riesgos.
Entre los avisos que recibimos regularmente a través del inmarsat C figuran con relativa frecuencia ataques de piratas reportados. No es broma, cuando lo lees piensas...y si fuéramos nosotros?


Existía la alternativa de sumarse a los convoyes que la armada española organiza para ser escoltados en la travesía de esas aguas, pero era necesaria una velocidad de quince nudos para sumarse a la flota, velocidad que no desarrollamos.
En último instante las diversas compañías de seguridad privada que se embarcan en la nave para defenderla de ataque. Pero...quién quiere hombres armados a bordo? Y si están a bordo es que puede producirse un ataque. Quita, quita, con buen criterio decidió Isak no navegar esas aguas.
Pero la vuelta a casa se plantea como un dilema. Hacia el oeste deberíamos navegar por el cabo de Buenaesperanza, Sudáfrica, para hacer una navegación libre de riesgo de ataques piratas hasta llegar al Caribe donde nos encontraríamos de nuevo con el armador, pero serían nueve mil millas más que dar la vuelta por donde hemos venido. Así que se decidió ir hacia el este de nuevo. Alisio en contra, pero mucho más rápido y seguro. Y así se quedó el plan. Vuelta al perímetro terrestre truncada, algunos lugares que querríamos haber conocido que esta vez no visitarñé, pero la seguridad de ahorrarnos algunos problemas reales. Y la verdad es que no seremos los únicos, sabemos ya de más barcos que se suman al plan.
Así que vuelta atrás. Desde Tonga arrumbaremos a Tahití, Nuku Hiva y Panamá. Unas pocas menos de seis mil millas, otra vez el cruce del ecuador y el canal de nuevo.
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