Nunca conoces a una persona del todo. Y esto es lo que me pasa con Lluis.
Además de muchas millas, he compartido con él, jefe, amigos, lugares, trabajo... y después de muchos años de conocernos, he de decir que tiene la capacidad de sorprenderme de nuevo.
Bajo una mirada sobria y pocas ganas de tonterías, si no fuera por la delicada capacidad que posee para escribir historias, bien podría decirse de él que se trata de un hombre a quien además de gustarle su soledad, su corazón se halla en un páramo poco dado a la sensibilidad.
Pero cuando te sumerjes en los recreos de ánimo a los que te conduce con su pluma, rápidamente te seduce la luminosidad de sus anhelos, que no son otra cosa que el alma con la que viste a sus personajes.
El año pasado quedó finalista en el XII premio Nostromo de literatura náutica con la obra Cíclades, y este año se ha desquitado ganándolo con este recopilatorio de tres preciosos cuentos a cual más bello.
Recomiendo encendidamente su lectura a todo amante de las letras, y si bien el escenario es el mar y su gente, nos habla de las más básicas necesidades del ser humano más allá del encuadre maríno.
Es un gusto no haberle conocido bien.
Gracias por el apunte literario, lo compraré.
ResponderEliminarHace mucho que no publicas nada en el blog. Menuda novia te habrás echado en Nueva Zelanda.
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